Los niños y adolescentes con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tienen más probabilidades que otros niños de fumar, beber o consumir drogas. También corren un mayor riesgo de desarrollar un trastorno por sustancias de abuso o drogodependencia.
Sin embargo, sólo porque un niño sufra de TDAH no garantiza que él o ella sufrirán de problemas de alcohol o drogas durante la adolescencia. La clave para los padres es ser conscientes de la relación entre los dos, establecer medidas de prevención en casa y buscar ayuda profesional si se sospecha de un problema de drogas. Responderemos a las siguientes cuestiones.